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viernes, 23 de diciembre de 2016

Colaboraciones

Una nueva entrada fruto de una conversación que tuve hace unos días con una gran amiga y escritora.
Y la entrada no es ni más ni menos que un escrito suyo visto y escrito desde mi perspectiva.

Ahí va... aunque no supere al original ni de lejos.
Muy buena aportación y espero lo mismo por tu parte. Gracias, ·eMe·

Hay un nudo en mis entrañas que describe a la perfección cómo me siento, cómo te veo... La burbuja invisible en el que me has metido me protege del caos que reina y reinará fuera.
Me crié con la convicción de que el hado no era más que una fantasía clásica a la que el ser humano se agarra para encontrar sentido a sus vivencias...
Qué ingenuo es uno: y cómo la vida te puso en mi camino, para demostrarme lo contrario. Y es que he llegado a tal punto en el que ya no sé si soy unidad o dualidad.
Busqué en el diccionario y encontré "gallardía, bizarría y esbeltez", 
términos que te definen pero que no resuelven el galimatías en el que me has metido y en el que tan a gusto estoy.

¿Hay vida después de la muerte? Quién sabe. 
Lo que sí es seguro es que si la hay, te conocí. Y ese destino del que hablo te ha vuelto a poner ahí. Quizás distinta... o no. Lo que sí tengo claro es que lo que has hecho en mí pudo ser distinto en otra vida, pero no más especial.


jueves, 1 de diciembre de 2016

Un mundo nuevo

Sale al son del aire fresco, 
un nuevo vendaval de ritmos, 
de silencios. Así me siento...

Engañado, estafado, 
por una sociedad enferma y sucia,
que deja desarropado al débil 
y solo al olvidado.

Todo el día corriendo:
sin aliento, exhausto, desaliñado.
En un mundo de locos y desenfrenado
vivo y viven sin remiendo.

Quiero bajarme de aquí,
no quiero seguir sintiendo
este vacío parco y frívolo
que de mí se está riendo.

Cariño, ven a mi lado,
sal de aquí conmigo,
huyamos juntos al mundo
que juntos hemos creado.



lunes, 8 de agosto de 2016

A veces...

Las lágrimas nacidas del pasado se secan con el aire del atardecer mientras miras al horizonte, y poco a poco, a medida que el rojizo del cielo crepuscular da cobijo a la noche, las estrellas van ocupando su lugar.
Ante esa vasta inmensidad de vacío y luz, tus preguntas se pausan, tu mente se calma, y te dejas llevar.
¿Hay una respuesta a este galimatías que es la vida? Seguro que sí, no tienes más que buscar...


jueves, 4 de agosto de 2016

Filosofía de un pensamiento (IV)

"Y allí estaba ese ser, a mi lado: Inmóvil, sin decir palabra, y sin embargo su sola presencia me indicaba más de lo que podía esperar..."

Qué incrédulo era, bromeando para mí sobre ese momento. Un punto de inflexión, pensé. Un antes y un después.

Y efectivamente, así fue.
Como otros tantos que ha habido en mi vida y que quizás por la inercia no detecté... Unos buenos y otros no tan buenos, y otros definitivamente malos.

Es curioso cómo el tratar de analizarlo no ayuda a cambiar: Tratar de analizar tu vida no tiene sentido. Tu vida es la que es y lo que has vivido te convierte irremediablemente en el ser que eres ahora, parte genética parte vivencias.

No merece la pena analizar tanto. No ayuda a cambiar los malos hábitos. Ni siquiera a reforzar los buenos.

Propongo un ejercicio: Párate a pensar en dos momentos en tu vida que creas que pudieron ser un punto de inflexión.
A continuación, trata de vincularlos con la persona que eres ahora y piensa cuánto de ese momento queda todavía en ti.

Está claro que si vives de acuerdo a tus ideales, la vida no te va a dar lo que pides: Porque la vida es precisamente eso... incertidumbre con una balanza que se inclina por igual a lo bueno y a lo malo.
Pero al menos, viviendo así, podrás dormir con la conciencia tranquila, y cuando te llegue la hora de abandonar este mundo, hacerlo en paz.

Y como fin de post, tomo prestada una frase que en su día me pareció interesante...


jueves, 28 de julio de 2016

Miscelánea veraniega

A continuación, un compendio de una selección de escritos de mi grupo "Reflexiones y poemas breves" de Facebook, más un último añadido personal:
Podríamos bautizarlo como filosofía rápida.


"Prueba a sonreír a quien te cruces en tu trabajo, en tu portal, en tu instituto: Probablemente no mejores tu día, pero quizás mejores el suyo. Y es gratis."

"El cambio que necesita esta sociedad está en cada uno de nosotros." 

"Un truco para una buena amistad: 
Acuérdate de ella/él, pregúntale por sus problemas y por sus cosas buenas... comparte tu día, y sobre todo: Hazlo de corazón."

"Cuando sientes que toda tu vida se reduce a un solo momento,
cuando te estás muriendo, cuando ves llegar el fin...
y la ves a ella, riendo, feliz.
Lo que ves es un recuerdo, nada más. 
Pero ese recuerdo implica que ese momento ha existido en tu vida,
y ya sólo por eso... mereció la pena."

"Húndete con tu mundo creado si no funciona. Y cuando estés en el fondo despréndete de él... Ya en la superficie, sin lastres, podrás nadar hacia uno nuevo."

"El verdadero motor del cambio, la ayuda que necesitas hacia una situación mejor, no está en una imagen compartida, ni en una campaña, ni siquiera en internet. Está en quien está ahí contigo, y hay alguien que siempre está ahí contigo... tú."


"Parte del ciclo de la vida consiste en volver a empezar: volver a los orígenes, centrado, con más experiencia, haciendo todo mejor...
Y así debería ser."

"Se nos educa para vivir y buscar la victoria, y olvidamos que para eso ya hemos nacido. Deberíamos educar para vivir la derrota, cómo aprender de ella y superarla."

"¿Es posible amar sin amar?"


Y como fin de entrada, una reflexión de mi joven maestra (un poco adaptado): 
"Un primer paso es ser capaz de equilibrar la balanza en situaciones de estrés, de tal modo que puedas llegar a compensar con tu calma ese momento, para con la otra persona. 
Pero lo difícil, lo verdaderamente difícil es trascender esa situación, y no culpar al otro... es parte de esta compleja ecuación que es la vida. "



lunes, 20 de junio de 2016

Qué es la sociedad

La sociedad es Ana, esa joven gimnasta que lleva años entrenando duro para acceder el equipo nacional, y que termina dejándolo 
por sufrir (entre otras cosas) anorexia a causa del fuerte trauma psicológico que supuso para ella perder a su padre mientras se estaba preparando para ello.

Es Rubén, un atleta que se pasa media vida en las pistas, en busca del sueño de ser representante olímpico, y que ve frustrada su meta por una grave lesión.

Es Joaquín, un muy buen profesor que tiene que dejar de dar clase en la universidad. El motivo es que un currículum sobresaliente y un doctorado más que notable no son válidos con el dinero asignado a su departamento.

Gloria, hija de un importante cargo en una empresa, que sufre en silencio al llegar a casa todos los días. Sus esfuerzos en el trabajo que entró gracias a su padre y sus años de sacrificio estudiando no bastan para que la señalen con el dedo.

Victoria, una persona normal, que lleva toda su vida luchando por sacar adelante a sus dos hijos después de que su padre se desentendiera.

Por supuesto, la sociedad la sumamos millones de individuos, altos y bajos, feos y guapos, vagos y activos. 
Y unos pocos triunfadores que parecen ser el espejo en el que todos nos queremos reflejar.

Pero esta reflexión va para aquellos que lo intentan y no llegan, para los que se caen, lloran y sufren. Para los que sacrifican horas y horas de su tiempo para conseguir algo que en el último momento se escurre de manera inmisericorde. Y es en su espejo en el que yo me quiero mirar, porque detrás de ese sufrimiento después de la caída, después de ver pasar la oportunidad tan preparada, hay personas con los valores que yo quiero para mi vida.
Personas que a pesar de todo miran al horizonte con un signo de interrogación, pero con una sonrisa: porque saben que han perdido, y saben que la más dura lección ya está aprendida. Ahora son más fuertes y están más preparados que los demás. Puede que cambien de objetivo o puede que no. Lo que tengo claro es que hagan lo que hagan, lo harán con determinación y que aunque no sean la cara visible de nuestro entorno, sí que son los pilares que sustentan nuestra sociedad.

Como parte final de mi entrada dejo un par de citas de Randy Pausch:
- Si no consigues tus sueños puedes ganar mucho con el hecho de intentarlo. 
- Experiencia es lo que obtienes cuando no obtienes lo que quieres.


martes, 29 de marzo de 2016

Deseos

Me gustaría ver que se trata de amor.
Mirar en su interior y comprenderlo...
Saber que detrás de tanto rencor
hay miedo, y tratando de vencerlo
un corazón latiendo filtrando el dolor.

Quisiera imaginar un mundo mejor.
Un sitio donde no hay lugar para el odio...
Sentir que la grandeza del alma 
vence a la ira y arrasa con calma
cerrando las puertas a todo ese horror.



Desearía poder cambiar la injusticia, 
y que lo único que estallaran fueran las risas
de los niños jugando en el parque sin prisas,
y que los golpes fueran de suerte 
y tornaran en beso y caricia.

Añoro una vida en que el hombre y la mujer
se griten "te quieros", se maten a besos,
y se miren y rían soñándose en verso
generando por su hijo un sentir inmenso
grabado en sus vidas al verlo nacer.


viernes, 18 de marzo de 2016

¿Qué somos?



Difícil pregunta, que abarca mucho más que una simple respuesta.

Somos frustración porque vemos que a más no llegamos, que no podemos, que en vano luchamos y nada con ello conseguimos, que a quien más queremos de algún modo u otro no vemos.
Desilusión porque en vano esperamos y la realidad de lleno choca con nuestras manos, levantadas a modo de oración por quien amamos.
Tristeza pues nuestro interior a causa de algo queda maltrecho, duro golpe que no nos esperamos y que nos doblega contra el suelo, y nos aleja de lo bello que es vivir, de volver a sentir con naturalidad lo bueno que está por llegar.
Dolor pues daño nos hacen, y aunque suene redundante en nuestra naturaleza está.
Somos odio que nace del miedo, que también somos, por no saber manejar lo que vino, lo que está viniendo o vendrá.

Pero al igual que somos lo malo, la dualidad también hace que seamos lo bueno...

Somos alegría pues a veces descubrimos cosas que nos hacen ver lo bueno de la vida:
detalles que están ahí para ser capturados por nuestros sentidos, y que normalmente dejamos pasar de largo.
Ilusión, sinónimo neutro de esperanza, que nos da el empujón necesario para plasmar nuestros más puros sentimientos en el día a día.
Coraje, pues cuando nos hallamos abatidos y hundidos en los lodos de la miseria, tenemos esa capacidad de revolvernos como un fiero animal y de poner alerta todos 
nuestros sentidos para salir del barro, coger la liana con fuerza y escalar a un mundo mejor, en el que nosotros somos los principales actores y dueños de nuestro destino.
Placer, pues tenemos la capacidad de gozar de nuestro cuerpo y mezclarlo de inusitada manera con nuestras emociones para dotar al momento presente de su máximo esplendor.
Generosidad, que hace que todas esas buenas emociones anteriormente mencionadas sean compartidas con quien más queremos, sin esperar nada a cambio más que un poco de mutualidad, de un guiño, de una sonrisa devuelta, un abrazo, un beso... o un orgasmo.

Somos un montón de cosas más, buenas y malas, y en el equilibrio entre ellas está la paz y armonía, que hace que haya algo más que aquello que decía la canción: "Somos polvo en el viento".


martes, 15 de marzo de 2016

A veces...

Hay veces que en mi imaginación se forma una escena... no sé si forma parte de uno de mis universos alternativos que me esperan cuando muera, o tan sólo de un deseo frustrado de mi castigada imaginación.
En esa escena aparezco en medio de un prado. Es primavera y el campo está en flor, cubierto en su mayor parte por una mezcla de amapolas, margaritas y otras plantas que no conozco.
Ese prado forma parte de un valle acompañado de un lago. Un lago en calma sin actividad aparente en el que distintos tipos de aves suben y bajan, vuelan unas alrededor de otras jugando con las formas, danzando en el aire al compás del ruido que hace el viento al soplar suavemente.

Estoy sentado, empapándome del sol... hace un día espléndido. Detrás mío hay una casa de madera, no muy grande: lo suficiente para dar cobijo a dos o tres personas.
Mi mente está en calma, fluyendo al compás del día, sin ningún sobresalto. Tranquilo me encuentro de la misma manera que tranquilo es el paisaje que me rodea...
Y al fondo está ella, sentada también, recogiendo flores para formar un ramo y adornar con ellas el jarrón de la entrada de la casa, pues es nuestra.

Es una mujer muy hermosa, y es la mujer de mi vida, mi esposa, y un niño o niña juegan alrededor de ella: Ese niño es mi hijo. Estamos los tres juntos ajenos al mundo. 

Y esa escena da vueltas en bucle en mi cabeza.

Supongo que es producto de un deseo de escapar a lo cotidiano... ¿o no es así y realmente es lo que me espera en mi universo alternativo?
A veces... pienso que algún día lo sabré, y a veces... no.


miércoles, 2 de marzo de 2016

Isla de Palma

La Caja de Pandora, ese grupo que suena a Manolo García de rebajas, tiene un tema inusual escondido al final de su disco Vencidos por el tiempo.
Un instrumental de más de 4 minutos, algo poco habitual en la escena "pop"... quizás por eso se escondió, y se guardó en una caja, irónicamente, parecida a la de Pandora, cuya diferencia es que si la abrimos destapamos el jardín de las esencias.

Esa canción se llama Isla de Palma.

Un tema lleno de fuerza, sencillo en la ejecución para los entendidos y virtuosos, pero no por ello más banal.
Con un comienzo dominado por el sonido de las olas del mar con gaviotas graznando al fondo, y pasando por un punteo a compás, acompañado por una acústica, batería, bajo y algún efecto más, tiene su apogeo hacia la mitad, para al final acabar con el mismo sonido del mar y gaviotas.

Lo que cada uno sienta al escucharlo lo dejo para el lector.
Una recomendación: Cerrar los ojos y dejarse llevar.

En resumen, un tema altamente recomendable para los que gusten de estilos más variados que el "pop".


lunes, 29 de febrero de 2016

Monster Jeremy

... [] Y cuando abrí los ojos tenía delante mío al monstruo.
Y lo miraba a los ojos... él conocía todos mis puntos débiles, y empezó a escupir por su boca palabras que no hacían más que daño en mi.

Sabía que si no estaba preparado perdería algo más que la vida.
Ese monstruo ha ido carcomiendo mi alma en diversas formas, muchas de ellas todavía por descubrir. Es un monstruo invencible del que no puedo escapar y que hace de mí lo que quiere. No hay daño físico, pues eso tan sólo provoca heridas que con el tiempo se curan.
Él sabe dónde hurgar... machaca cada punto interno de mi ser con frases, imágenes, sonidos y olores lapidarios para mi.

Me doblega sin piedad en los momentos más inesperados sin siquiera despeinarse, hace de mí un guiñapo, juega con mis sentimientos como si fuera una marioneta y el un magnífico titiritero...
Pero en esta obra no hay niños a los que hacer reír, no hay más marionetas con las que interactuar, que cuando acaban la función son guardadas en un baúl.
Sólo estoy yo atado a sus garras. Y él se divierte en la habitación de su hogar, mi infierno particular:
Utiliza fragancias que difumina en el ambiente y que yo huelo mientras grito de dolor. Gritos ahogados por el vacío que él mismo provoca y que me impide ver más allá de la oscuridad.

Hasta que llega un momento en que me rebelo. Me giro y lo miro fijamente a los ojos. Inicialmente me meo encima presa del pánico, pues su mirada me penetra impiedosa. Pero le aguanto la mirada y le pregunto: 
"¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Qué razón hay para que hagas de mi vida tu diversión? ¿Por qué no te largas y me dejas vivir en paz?"

Él, casi, sin pestañear, me responde: "Porque está en mi naturaleza... yo no escogí ser así, nací con este cuerpo y esta voz... con estas ideas, 
con este fin. Y créeme que me voy a entregar a él con toda mi alma hasta el fin de tus días []..."

Y según me va hablando y giro mi mirada porque no puedo soportar la suya, me encuentro con un espejo. Lo que veo en ese espejo me paraliza aún más: El monstruo que enfrente mío se encuentra pierde en tamaño, su cuerpo empequeñece y sus garras desaparecen... 
El monstruo que me maneja... soy yo.

Entonces, y sin saber por qué, mi cuerpo se relaja. Ya no hay miedo, hay tristeza, eso sí. Tristeza por saber que aquél ser mezquino que se encuentra enfrente mío y que me maneja a su antojo soy yo, y no se va a ir.
Tristeza por comprobar que de alguna forma u otra, amo a ese ser. 
Y después de mucho hablar, llegamos a un acuerdo: Yo puedo vivir mi vida tranquilo, y él me libera de mis cargas.
A cambio, él aparecerá para torturar mi mente cuando la canción que en el momento del pacto sonaba aparezca.

Y así, sin más, aparecí de nuevo en mi sitio. [] ...


viernes, 26 de febrero de 2016

Dualidad

Negro es el abismo de la soledad,
sombrío el sendero a recorrer
del futuro incierto y oscuro,
donde no hay nada seguro, 
donde todo está por perder.

Una semilla se planta en el vacío, 
y de ella brotan sublimes rosas,
en ese lugar siniestro y sombrío, 
la luz resurge entre todas las cosas. 

De las rosas nace un hermoso ser,
un brillo intenso y cálido aparece,
sentimiento de amor que no perece,  
y que todo hombre desea tener.

Y ese ser, con su alma y corazón, 
se adentró de lleno en la bruma,
testigo de ello pongo mi pluma,
de nada aporto sino mi intuición. 



Un Ángel de negros cabellos y dulce mirada,
de ojos claros y tierna sonrisa,
que transforma el viento frío en brisa, 
y pinta el mundo con multicolor pincelada. 

Y este humilde y sencillo poeta, 
contempla el milagro desde la barrera,
de ver terrenal aquella quimera,
que tiempo atrás predijo el profeta.

Un Ángel divino de alas recortadas,
al que Dios le dio una hija pequeña, 
de rizados cabellos y mejillas sonrosadas,
y heredada la misma mirada risueña. 

Escribo intentando poner virtud,
pues tengo mi fe propia de mortales,
en que esos dos Ángeles terrenales,
alcanzarán el amor en toda plenitud.


jueves, 11 de febrero de 2016

Satori


El día a día. Nuestra mente tiene presente el pasado y el futuro. Pero por mucho que nos empeñemos, lo que vivimos es el presente.
No vivimos el pasado, aunque de referencia nos sirva... para corregir errores, para repetir buenos comportamientos. Para llorar de nostalgia o reír de recuerdos no tan malos.
No vivimos el futuro aunque tengamos objetivos, deseos a corto o medio plazo. 

Vivimos el presente señores, y hay que intentar, con los datos de los que disponemos, de minimizar el tiempo que el pasado y el futuro nos impiden realizar acciones por erróneas, nos animan a repetir muchas otras y nos bloquean en la mayoría de los casos, con situaciones imposibles que probablemente nunca se den.

Y si logramos todo eso, si logramos minimizarlo hasta el punto en el que toda nuestra atención se fije en realizar correctamente la acción que estamos ejecutando, ahí, en ese punto, habremos logrado la iluminación.
Y en resumen, para el que no sepa por dónde voy, eso para mi es la perfecta aplicación del concepto que desde hace tiempo me viene dando vueltas a la mente: Satori.




sábado, 23 de enero de 2016

La magia de lo cotidiano

Sirva para ambos géneros:

Mírame a los ojos. Mírame y dime que no tengo razón.
Que no eres especial... que no eres única.
Dime que esa inmensidad que despide tu mirada no es capaz de mover montañas, que no haces de lo cotidiano algo extraordinario.

Dime que incluso cuando te equivocas no es siempre para mejor, pues somos lo que queda después del error.
Dime que no quieres a nadie, que no sientes algo universal por nadie, algo maravilloso que no entiendes pero que produce en ti alegría.

Niégame con la cabeza que hay personas en tu vida que te quieren, se preocupan y ven en ti lo grande que eres.
Llévame la contraria cuando te digo que seas tú misma, que actúes y que día a día te reinventes.

Quédate sentada mientras doy un golpe en la mesa, un golpe de energía, de cambio. Enfádate por tonterías del día a día y pierde los nervios por pequeñeces.

Quédate callada cuando te diga que cantes, 
quédate quieta cuando te diga que bailes 
y que alces la voz para mostrarle al mundo que aquí estás y que vas a vivir.

Date media vuelta en la cama, llorando sin querer levantarte en el nuevo día, 
negando a la realidad tu existencia, y privando al mundo de tus cualidades.

Haz todo eso, cariño, y habrás muerto en vida...

Así que levanta de la cama, sonriendo, y ponte a bailar y a cantar.
Mira los problemas del día a día como pequeños retos y supéralos, porque puedes.

Da un golpe en la mesa, actívate, reinvéntate, sé tú misma.
Ponte a pensar en aquellos a los que importas y en aquellos que te importan, 
y dedícales tu mejor plegaria: que no es más que tu intención, tu acción de preocuparte por ellos y hacerles saber que estás ahí, al igual que ellos lo están para ti.

Recopila los errores de ayer y procura hacerlo hoy mejor... Y según bajes a la calle y alguien te mire, contágiale de esa inmensidad que tu mirada tiene.

Eres especial... y única. Y ahora, cariño, mírame a los ojos y dime que tengo razón: Contágiame a mi de tu interior.



viernes, 22 de enero de 2016

Los acordes del recuerdo

Un preludio de lo nunca dicho, 
amarga victoria del olvido, 
y de las penas comprimidas en forma de pastillas 
y que por mucho que las tomas no curan, no sanan.
Sólo añaden dolor y cierran puertas al día, 
a la alegría de vivir, de sentir que estás vivo.

Pero por dentro mueres. Nadie lo ve y tú lloras cada día al alba,
cuando nadie te ve. El sol nace vacío en un mundo vacío.

Ténue es la luz que ilumina sin brillo el salón:
Un salón lleno de vida en el pasado y que ahora se ahoga en recuerdos de un tiempo mejor, 
en el que vivías con ella, en el que reíste, amaste, besaste...
y que ahora tan sólo puedes llorar.

Sube el recuerdo con un dolor punzante de las entrañas a la cabeza, 
con rabia e impotencia... de tan sólo poder imaginar su olor, su sonrisa, su ternura.
De cómo te envolvían sus abrazos y te daban energía... de toda su esencia.

Pueden sonar ahora las campanas de la nueva era, 
en la que todas esas puertas se cerraron y las nuevas se empiezan a abrir, 
pueden los violines y las flautas transportarme al nuevo mundo que yo decidí crear, 
pueden las ganas de encontrarme y de volver de nuevo a sonreir hacer que no vuelva a mirar atrás...
Pero jamás, jamás, podré olvidar una puerta en concreto, cuya cerradura se abre con tan sólo unos acordes.

Una puerta que me recordará que nunca olvidaré lo bueno que allí dentro había.
Y esa puerta viene con grabado especial.
Ese grabado lo tengo tatuado en una parte de mi cuerpo que tan sólo veo cuando me miro en el espejo,
siendo yo mismo.

Y es que, a veces, cuando me miro en el espejo, sin atavíos, totalmente desnudo, el ser que me encuentro enfrente mío me habla y me dice:
"No hay marcha atrás, seguirás viviendo como buenamente puedas, pero aquí estaré yo... para recordarte quién eres y quién fuiste.
Para recordarte que nunca te lo voy a perdonar. Y para desearte que todo el daño que hiciste te vuelva, algún día, amplificado.
Te dirán que eres maravilloso, que vales mucho, que la vida es así.
Pero yo te conozco realmente y pienso estar ahí, torturando tu mente hasta el día que mueras..."


jueves, 14 de enero de 2016

Guerrero en el desierto

...Andaba errante por el inmenso y árido cañón que ante mí se postraba, sediento, cansado y sin rumbo fijo,
Llevando como compañía a una bandada de buitres hambrientos que esperaban pacientemente mi último suspiro.
Atrás dejé aquel pueblo en el que vi y oí cosas que no estaba preparado para ver ni oir, aunque en mi corazón todavía pesaba
esa dura carga de aquellas amargas sensaciones que allí presencié.
Partí sin caballo ni petate, y sin saber muy bien qué me iba a deparar... sólo sabía que tenía que salir de allí.
Pasé demasiado tiempo en ese pueblo. Pero eso ya formaba parte del pasado. Ahora sólo quedaba avanzar.

Aunque no me estaba resultando fácil. La falta de comida y de preparación para el entorno en el que me encontraba hacían que poco a poco mi físico se fuera consumiendo... y con ello, mi ánimo.

Sin rumbo fijo y sin víveres, estaba claro que iba a ser pasto de buitres y desierto. Notaba cómo mis labios se iban espesando cada vez más y mi vista se nublaba sin distinguir ya cielo de sol. Pero lo peor de todo es que en mi interior ya no había fuerzas para luchar. Me había dado por vencido. No había marcha atrás... Un par de horas más e iría a formar parte del vasto paisaje que me rodeaba.

Un paso más... otro más... "a la mierda", pensé, y caí desplomado.



Una hora después algo me despertó. Abrí la boca instintivamente: Agua. ¿Agua? provenía de una cantimplora. Una cantimplora con agua que estaba siendo vertida por alguien:
Era el ser más hermoso que hubiera visto jamás. Llevaba una armadura dorada y a su alrededor había un aura que protegía del calor, refrescando mi cuerpo maltrecho.
"¿Quién eres?" Pregunté. "Soy... tu amiga", sentenció, y sin mediar más palabras me sujetó la frente con sus dos manos y apretó con fuerza.


Inmediatamente después sentí un calor inexplicable en mi cabeza... tanto que empecé a gritar hasta que perdí el conocimiento.
Cuando volví a abrir los ojos ya no estaba en medio del cañón... me encontraba encima de un suelo de colores verdes, rojos y azules, con forma acartulinada y un cielo negro como el betún. El suelo se movía de una manera similar al mar: con pequeñas olas acompasadas de una ligera y agradable brisa.
De repente y sin saber por qué, me sentía muy bien. Sin hambre, ni calor ni cansancio. Y lo que era más importante: me sentía en Paz. Ese ser había movido algo en mi interior. Ya no era el mismo, era distinto... había una inmensa bondad en mí, y todo lo que sentía era gratitud. Hacia la vida, y hacia él.

Empecé a bailar y a cantar, contento por mi nuevo estado, feliz sin motivo, y con un claro objetivo... seguir así para el resto de mi vida. Mis heridas se habían curado... y los recuerdos de aquél pueblo, aunque seguían presentes ya no hacían el mismo daño en mi: Sabía que tenía un largo camino por delante para aprender de lo que allí viví, y para poder enseñar mis avances a quien quisiera saberlos...

De alguna parte de este mundo que se había creado ante mí, surgió una voz: "Por fin lo has aprendido, eres lo que bailas y cantas... eres el momento, quiérete mucho porque eres maravilloso. Vive y se feliz, que allí estaré yo para ayudarte siempre que lo necesites..."

De repente volví en mí... ya no estaba en ese mundo. Estaba de vuelta en el cañón, y seguía con la frente sujetada por las manos de aquél misterioso ser... aunque ahora todo era distinto. Ya no estaba cansado ni tenía sed. Ni los labios pegajosos ni la vista nublada... y pude distinguir a quien enfrente de mí se hallaba.

Era una mujer hermosa bajo una armadura dorada, de cabello corto y moreno, y de mirada infinitamente bondadosa.
Me dió un beso en la mejilla y me susurró al oído: "Ya lo has entendido, amigo mío. Ahora el resto, depende de ti"

Se levantó, y pude ver que había dos caballos, uno negro y otro blanco.
Ella se montó en el blanco y mirándome a mí me señaló con la cabeza el caballo negro, diciendo: "¿Vienes o qué? que no tengo todo el día."

Entonces sonreí, y entendí el gran regalo que aquella mujer acababa de hacerme. El regalo de la esperanza, de la alegría y de la felicidad porque sí. De la compañía y de la amistad.

Me levanté, me monté en el caballo, y juntos emprendimos el camino hacia el horizonte, incierto sí, pero hermoso...


Libre, al fin

Permanezco sentado, en mi sofá, inmóvil y serio. 
No hay más ruido que la música de mi portátil... 

A pesar de la calidez del ambiente, siento frío. Mi mente no está donde estoy yo... ha viajado al pasado, 
y está recorriendo cada parte más siniestra y oscura de mi vida, cada punto débil de mi ser, recuerdos... tristes, melancólicos y baldíos.

Y ahí, en medio de una vida plena y llena de caprichos y comodidades, siento aflicción y tristeza.
Tristeza porque precisamente ahí, cuando mi mente me desnuda y poco a poco me voy viendo tal y como soy, me siento... vacío.

He tomado una decisión, no veo otra salida. Todo el amor que he dado en mi vida se queda corto con el daño que siento en mi interior.
Un daño irreparable, que hace que la herida que hay en mi corazón no cierre y me martirice día tras día.

Es hora de dejar todo, y de cerrar para siempre el vacío que me impide ser feliz. 
Pensándolo fríamente, mi falta poco va a importarle al mundo... ni a mis seres más cercanos. Quizás a mis padres, que lo han dado todo por verme bien. Pero ahora es más importante mi deseo de acabar con este sufrimiento. 

Sí, estoy siendo egoísta, no debería pensar así. Toda la industria del buenrollismo y positivismo que ha lanzado campañas para gente como yo, para automotivarme, no me han servido de nada.

Aquí, ahora, es la primera vez que lo veo todo claro... Cierro los ojos y un torrente de lágrimas salen de ellos.
Lágrimas contenidas y que tan sólo estas cuatro paredes que me rodean han visto alguna vez.
Nadie piensa qué se cuece en mi interior, la carcasa que tengo construida bien hace su labor. 

Una última mirada al portátil y una última revisión de recuerdos visuales:
Una foto de ella y yo, y un vídeo de hace 20 años mío con mi padre y mi madre.

Rompo a llorar. Y grito: grito todo lo fuerte que puedo. Jamás he gritado así en mi vida.
Es tal el dolor que siento que ya no hay marcha atrás... me levanto, me subo al marco de la ventana, y vuelo.
Según caigo ya no hay recuerdos... sólo la tremenda sensación que me espera. Un cambio brusco, un ¿cambio? 

Y con esa última duda se va mi último pensamiento en este mundo.