Uno, a lo largo de su vida, va
conociendo todo tipo de gente. Esa gente va y viene, o se queda, y te
marcan en mayor o menor medida, dependiendo de cómo sean ellos y el
estado de ánimo en el que te encuentres.
Quien bien me conoce, sabe que hay
alguien que lleva estando en casi todas mis aventuras y desventuras a
lo largo de mi vida: El señor Jokin Segundo.
Es difícil resumir toda una vida con
muchas aficiones en común, momentos buenos y no tan buenos en unas
pocas lineas. En este post lo haré de otra manera: Con la música
que formó mi banda sonora a lo largo de todos esos años, y que en
muchos casos fue muy similar a la suya.
Al escuchar Enya, en especial su
“Orinoco Flow”, me traslado a esos momentos en la sala de
máquinas (videojuegos) Moroco, previo a los entrenamientos de
balonmano, cualquier día de invierno.
También me vienen recuerdos de
instituto, de recreos en alguna que otra sala de máquinas, y de
paseos con bocadillo hasta su casa con más gente. Para eso me sirve
Noa con su tema “Space”.
Más tiempos de instituto, más
canciones.
Banda sonora de Jesus Christ Superstar,
al completo, de principio a fin. Aún recuerdo cuando vimos la
película en el video. Éramos unos críos...
Gwendal. Gwendal me sabe a mi primer
concierto: En el Pack Exprés, con Fernie también, en carnavales.
Joder qué buen concierto vimos... mis inicios en el mundo de la
música celta, y gracias a él.
Acaba el instituto y empieza la
universidad. Torrente de hormonas, de ilusiones por construirnos un
futuro y de paso pasárnoslo “de puta madre”. Ahí entra en
escena el bar “Adeshora” en el que pasamos por un montón de
grupos: Celtas Cortos, Blind Guardian, Mago de Oz, Sonata Artica,
Matmatah, Manau, Violadores del Verso, Skalariak, Nightwish... y
muchos más.
Acaba la universidad, y nuestros
caminos comienzan “un poco” a divergir: Yo empiezo una beca y él
empieza a preparar el doctorado.
Ahí cobran protagonismo otro tipo de
bares, que más o menos alguno ya llevaba parte de su historia en mi
vida: Trastero, la máquina del tiempo, y sobre todo “El maeloc”.
Él, centrado en su doctorado, en su club de rol y en el Aikido. Yo
centrado, a secas. Muchas conversaciones, muchos momentos que quedan
grabados en mi interior.
Y llega la más o menos actualidad: Él
acaba el doctorado y yo me traslado a León.
La excelente situación en nuestro país
para gente como él (nótese la ironía) le lleva a emigrar a
Holanda. Podríamos decir que ahí comienza a tomar forma la realidad
que tiempos atrás temíamos iba a llegar, y que era inevitable, por
otra parte: Que nos separaríamos físicamente de tantos años de
vida en común.
Éste post se lo debía.
Al hombre más importante en mi vida
después de mi padre. Aún en la distancia seguirás siendo mi mejor
amigo.
Y de fondo, y creo no estar equivocado,
estuvo, está y estará una banda sonora excepcional en nuestras
vidas: Mike Oldfield. Y de teloneros, Luar Na Lubre.
Si nuestra amistad dependiera de cosas como el espacio y el tiempo, ¡habríamos destruido nuestra propia hermandad! Pero supera el espacio, y nos quedará sólo un aquí. Supera el tiempo, y nos quedará sólo un ahora. ¿Y no crees que entre el aquí y el ahora podremos volver a vernos un par de veces?
Richard Bach. Juan Salvador Gaviota.
Si nuestra amistad dependiera de cosas como el espacio y el tiempo, ¡habríamos destruido nuestra propia hermandad! Pero supera el espacio, y nos quedará sólo un aquí. Supera el tiempo, y nos quedará sólo un ahora. ¿Y no crees que entre el aquí y el ahora podremos volver a vernos un par de veces?
Richard Bach. Juan Salvador Gaviota.